viernes, 24 de enero de 2014

A día de hoy...

A día de hoy podría decir que lo he dicho todo. Que no hay palabras disfrazadas. Que no hay penas que confesar. Que no hay miedos que ocultar. Que los recuerdos no tocan mi puerta. Que las inseguridades se mudaron de hogar. Que no hay nada de lamentar. Que ya no hay marcha atrás. 

A día de hoy podría decir que he cerrado capítulo. Que he superado mis miedos. Que he seguido adelante. Que he podido dejar el pasado atrás. Que he podido olvidar y perdonar. Que los sueños rotos ya no marchitan el corazón.Que los sentimientos no están comprometidos. Que ya no siento los asuntos pendientes intentar volverme loca.  Que he logrado salir de mi asombro. Que la desilusión ya no duele. Que el tiempo perdido ya no me persigue. 

A día de sólo quiero decir que he podido ver como la vida te cambia en un segundo. Como dejas de ser quien solías ser. Como dejas de sentir lo que un día sentiste. Como no te llena lo que un día te lleno. Como las cosas banales y superficiales dejan de importar. Como los mínimos detalles se vuelven gigantes. Como reafirmas lo que no quieres aún sin saber lo que quieres. 

A día de hoy solo puedo decir que soy una persona nueva. Que logre permitirme vivir de otra manera. Que logre abrir mi mente hacía cosas nuevas. Que puedo permitirme empezar de nuevo. Tener nuevas aventuras. Que he vuelto a soñar. Que he descubierto hacía donde voy. 

Pero quiero que sepas que solo he descubierto lo que quiero teniendo lo que no quiero. Quiero que sepas que he sido fuerte. Que caí, me levanté y sigo en pie. Y lo seguiré haciendo. Quiero que sepas que he entendido que no siempre debo buscar un porqué. Que al final todas las piezas terminan encajando. Que solo es cuestión de tiempo. Que solo es cuestión de actitud.

A día de hoy solo quiero decir que con esto aprendí. Con esto aprendí que tan fuerte soy. Aprendí a ser una mujer más determinada. Aprendí que retirarse cuando algo no esta para mi no es rendirse, sino ser valiente. Aprendí a crecer. A correr riesgos. A tomar decisiones difíciles por mi misma. Aprendía a afrontar las consecuencias de mis decisiones. Buenas, malas, dolorosas, no tan dolorosas, liberadoras. Aprendí que el físico no es más que físico. Que los estereotipos no mantienen viva la chispa. Que la esperanza sólo prolonga la agonía. Que a veces con amar no es suficiente. Que otras veces la mejor manera de demostrar amor es alejándose. Que a veces los finales tienen puntos suspensivos, pero otras veces solo tienen un punto final.

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